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Corriendo y aligerando la mente. @JuanLuisPolo 2014

Gebrselassie, quizá el mejor maratoniano de la historia, siempre ha dicho que el secreto de sus triunfos, además de los genes y el entrenamiento duro, fue tener una vida feliz y equilibrada, y una buena familia porque así lograba que su mente pudiera sacar todo el rendimiento de su cuerpo cuando estaba en carrera.

Supongo que conocéis la frase ‘Hay que llegar al trabajo duchados, desayunados y con los deberes hechos’, una forma de explicar que uno se enfrenta con éxito a los desafíos diarios si llega preparado para ello. Y preparado, claro, se llega con dedicación, con formación y conocimientos, al igual que Gebrselassie llegaba a los maratones con el sacrificio de los entrenamientos. ¿Y lo demás?

¿Llegamos satisfechos? ¿Llegamos relajados? ¿Llegamos siendo positivos y estando motivados? Las respuestas a esas preguntas están más allá de la oficina y son decisivas en esa búsqueda permanente del Sangri-La al que llamamos éxito profesional.

Muchos coachs y expertos en psicología del comportamiento sostienen que las rutinas personales explican en gran medida nuestro desarrollo laboral porque no solo nos hablan del carácter de quien se somete a ellas sino que ofrecen una pista sobre la manera que tiene el cerebro de afrontar las exigencias y los desafíos.

Busquemos referentes válidos para saber si así. ¿Qué hacen las mujeres y hombres de éxito cuando dejan el trabajo? ¿Tienen pautas de conducta en la intimidad que les ayudan a ser más productivos y eficaces en sus empresas?

Jacquelyn Smith, experta en tendencias laborales y liderazgo, ha seguido de cerca a algunos de ellos y ha publicado en Business Insider los 9 hábitos que comparten muchos de ellos cuando llegan a casa:

  • Dedican un tiempo a ejercicios de relajación y a la meditación.
  • Reflexionan sobre cómo ha sido su día para repetir aciertos y eliminar errores.
  • Organizan el día siguiente.
  • Buscan nuevas motivaciones con ideas que pueden convertirse en proyectos ambiciosos.
  • Desconectan. Ni móviles ni correo al menos dos horas antes de ir a dormir.
  • Se vuelcan en la familia y los amigos. Los lazos emocionales proporcionan equilibrio y seguridad.
  • Cumplen una correcta rutina de sueño, con una hora para acostarse y otra para levantarse.
  • Leen. Ficción, ensayos… Da igual. Es lo último que suelen hacer antes de apagar la luz.
  • Se duermen con una idea positiva. Los conflictos nunca hay que compartirlos con la almohada
  • .

Es curioso las similitudes de este estudio con el artículo que Lianne Martha Maiquez Laroya, asesora financiara, empresaria y ‘blogera’ empedernida, ha publicado en Lifehack. Mientras Smith nos hablaba de los hábitos de los triunfadores cuando llegan a casa, Maiquez Laroya los completa con los que tienen cuando se levantan cada mañana:

  • El despertador suena muy temprano para disponer de tiempo antes de ir a trabajar.
  • Siempre hacen ejercicio. Salen a correr, a nadar, hacen yoga…
  • Toman impulso recordando lo que les motiva, pensando en proyectos que quieren emprender, leyendo o escuchando lo que otros aportan o simplemente conversando con la gente que les importa.
  • Piensan en todo lo que tienen y en lo mucho por lo que deben sentirse agradecidos.
  • Se hacen la misma pregunta que Steve Jobs repetía como un mantra: si este fuera el último día de tu vida, ¿harías lo que tienes planeado hacer hoy? Si la respuesta suele ser «no», es que algo tienes que cambiar. Y eso también puede ser una nueva motivación.
  • Lo importante, cuanto antes mejor. Aprovechan las primeras horas para reflexionar sin interrupciones y tomar decisiones complejas.
  • Dedican tiempo a su pareja y a sus hijos. Desayunan en familia, conversan, incluso hacen ejercicio juntos. Alimento emocional que dura todo el día y que ayuda a cuidar las relaciones en las que se basa gran parte de nuestro equilibrio.
  • Repasan la organización de la jornada y establecen estrategias de actuación.
  • Con un descanso adecuado y la mente clara fijan sus prioridades y las ordenan: hay que resolver cada asunto antes de pasar al siguiente.

El éxito y la productividad tal vez sean estaciones de paso de un camino que empieza y termina en casa. “Somos lo que hacemos. La excelencia no proviene de nuestras acciones sino de nuestros hábitos”, decía Aristóteles.

Tendremos que plantearnos muy seriamente cómo son los nuestros…

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