10.000 millones de personas en el mundo y de ellos 3.000 millones tienen acceso a Internet, pero la cifra aumenta exponencialmente. Nunca en la historia de la humanidad tantas personas habían tenido acceso a la información, a la formación, a la comunicación interactiva… y a la colaboración.
Intercambiar y compartir ya no son simples tendencias sociales en la Red sino la esencia de una revolución económica protagonizada por cientos de plataformas digitales que apenas han comenzado a caminar. Y como en todo comienzo, surgen los incertidumbres: ¿esto de la economía colaborativa al final se trata de otra forma de hacer negocios? ¿Importa el dinero o el servicio? ¿Es una alternativa de empresa o una cultura por madurar?
Esas cuestiones se pusieron sobre la mesa en unas conferencias celebradas en el marco del LeWeb, con presencia de plataformas como Airbnb, BlaBlaCar o Lyft, y de las que se pueden extraer algunas conclusiones de futuro. Vayamos con ellas.
Llegará a todos los sectores
Hasta ahora la mayoría de las start-ups colaborativas tienen que ver con el transporte y el turismo, pero ya están en todos los sectores. El conocido analista Jeremiah Owyang ha preparado un panel donde visualiza su presencia en la logística, los servicios corporativos, la salud, la educación, la administración y las finanzas, entre otros.
Pronostica que las nuevas iniciativas van a surgir como setas en otoño, llegando a cualquier ámbito de la sociedad, y que tanto las grandes compañías como los gobiernos deberán adaptarse a esta colosal actividad compartida.
Esencial: seguridad y privacidad de los usuarios
“Si la gente no está tranquila cuando presta una casa o un coche, si no tiene la seguridad de que se establece algún tipo de control sobre el servicio para verificar que todo va bien, está claro que dejarán de utilizar nuestras plataformas”.
La conclusión es de David Estrada, directivo de Lyft, y pone de manifiesto que las start-ups deben implicarse en la gestión de la actividad, y no limitarse a poner en contacto a los usuarios.
Y esa confianza también tiene que ver con la utilización de los datos privados por las plataformas. Frédéric Mazzella, fundador y CEO de BlaBlaCar, sostiene lo que parece más obvio: hay que exigir que esos datos solo se utilicen para el análisis interno del servicio, para conocer a los usuarios y así mejorar las posibilidades de colaboración. Solo para eso.
No hace falta regular
Esta idea la defiende la mayoría de quienes entienden la economía colaborativa como una propuesta abierta a cualquier usuario que desee compartir para no gastar, no para lucrarse, con lo que se está mandando un mensaje claro a plataformas como Uber: tu modelo encaja mal en todo esto.
Obviamente, las plataformas deben estar sometidas a la regulación administrativa, como cualquier otra empresa, pero no tendría sentido controlar a un conductor, usuario de esas plataformas, que solo quiere compartir el viaje con otros para repartirse el gasto de gasolina.
Cambiar la cultura de empresa y crear comunidad
Antonin Léonard, de OuiShare: “La sharing economy se ha convertido en la on-demand economy. Y no es lo mismo. La sociedad necesita una nueva forma de ver el mundo y tiene que ser diferente de la que Uber está ofreciendo”.
Este estratega de la economía colaborativas lidera un movimiento mayoritario, junto con otros como el profesor de la Universidad de Nueva York Arun Sundadarajan, que relaciona este tipo de economía con ciertos valores, comportamientos y expectativas de la gente.
Ellos creen que compartir e intercambiar son conceptos que realmente tienen sentido en un ámbito donde se promueva la comunidad, democratizando la propiedad de las plataformas y compartiendo también beneficios.
Por ejemplo, Reddit se ha comprometido a compartir con su comunidad un 10% de los 50 millones que ganó en el último ejercicio. Y la plataforma de crowdfunding KickStarter ha asegurado que, a pesar de su enorme éxito, no piensa salir a bolsa ni vender la empresa.
De modo que, según todos estos testimonios, el futuro de la economía colaborativa tendría que ver más con un proceso de sociabilización que con una simple cuestión de ahorro.
Un credo que se resume en una frase de Lisa Gansky: “Las empresas de la economía colaborativa tienen que empezar a compartir más valor con aquellas personas que hacen valiosas esas empresas”.
Más información: Sobre el nacimiento de Sharing España
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