contenido relevante

Realizar una búsqueda en Internet significa sepultarnos bajo una avalancha de contenidos que a menudo ahoga nuestra capacidad de seleccionar y valorar. Sumemos a esos los que nos ofrecen en las redes, las newsletters, las comunicaciones de marcas, los que vemos en los canales de suscripción, los blogs…

Es el resultado de una idea relativamente reciente que incluye los contenidos en cualquier fórmula de éxito en el gigantesco laberinto de la Red: éxito para las marcas, para las empresas, para los que buscan notoriedad, para novatos y expertos del social media, éxito para vender y comprar…

Bienvenidos a un mercado persa en el que lo que ha importado ante todo ha sido producir, dejando de lado, a veces muy de lado, el rigor y la información de valor. Hasta la fecha basta con fijarse con ojos de ver para comprobar que producir lo que sea, la mayor parte de veces reciclando, ha sido el leit motiv de la mayor parte de estrategias de contenidos. La consecuencia inevitable es un océano de contenidos repleto de basura entre la que hay que saber nadar, si queremos encontrar algo que de verdad nos sirva.

La oferta es casi ilimitada para una demanda que es incapaz de absorberlo todo. Como explica el experto en social marketing Mark W. Schaefer, esta paradoja que consiste en un consumo finito y una generación continúa de contenidos provoca lo que él llama el ‘shock de los contenidos’, una situación que obligará a los individuos, las compañías y las marcas a ‘pagar’ más a los consumidores para hacerles ver la misma cantidad de contenido, en su opinión.

La saturación y la banalización se convierten por tanto en las mayores amenazas para quienes operan en la Red y en todo un desafío para los ‘marketinianos’ que ven, con razón, en los contenidos una forma eficaz de prescripción y fidelización de los clientes.

¿Estamos adelantando el fin del marketing de contenidos? Para nada. Eso ocurriría si se hubiera detectado que una buena información o un vídeo de valor ya no resultan interesantes para los usuarios. Lo siguen siendo. La clave está en dos de esas palabras: ‘buena’ y ‘valor’. Aunque también se podrían añadir otras como ‘relevante’, ‘original’ o ‘significativo’.

La calidad es el único elemento diferenciador que de verdad puede obtener la atención de los usuarios. Esa es la primera y más evidente premisa que manejan los expertos en marketing de contenidos de cara al futuro inmediato.

La revista Forbes ha publicado un artículo muy interesante aportando otras lecciones aprendidas sobre este tema y que van a servir de guía para las campañas que se realicen en 2015. Estas son algunas de ellas:

  • Reducir la cantidad de contenidos y la frecuencia de publicación para cuidar la calidad, que es la que seduce al usuario y lo convierte en seguidor. La saturación provoca rechazo.
  • Los anuncios tendrán menos peso que los contenidos prescriptores. Es decir, los contenidos como sustitutos de banners y publicidad intrusiva. O dicho de otra forma, no me vendas lo bueno que es un teléfono y hazme una comparativa en la que destaque ese modelo o muéstrame en un vídeo qué iguales a mí lo utilizan.
  • El SEO sigue siendo importante, y el SEO prima los contenidos que tengan links relevantes, menciones en las redes, comentarios… Es decir, los contenidos de valor que se hacen populares. Si quieres que los motores de búsqueda te traten bien, da calidad.
  • No basta con publicar buen contenido: hay que hacerlo llegar al público. La distribución es tan importante como la producción. Por eso ya todos los expertos de marketing siguen el mismo camino: el social media. Las redes son el mejor vehículo de difusión… si se conocen bien y se sabe cómo participar en ellas.

«La calidad no significa necesariamente mayores presupuestos de producción. Con frecuencia, la calidad consiste en dar la mejor respuesta a un usuario que está preguntando a la gente algo que no sabía. Se trata de intuición y de instinto editorial”, afirma el blogger de marketing Dan Brotzel.

El contenido es el rey, sí, pero se necesita capacidad e instinto editorial, esfuerzo en la búsqueda de los mejores materiales a partir de los cuales confeccionar un buen artículo y sobre todo, generar aquello que de verdad es motivador y nuevo para nuestro público.

No, el refrito y el «copio-pego» no es la opción para un marketing de contenidos de éxito. Por más que sea la opción más extendida.

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  1. […] Un océano de contenidos inunda la Red. ¿Cómo hacer relevante el tuyo? | Juan Luis Polo […]

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