“Por cada 20 proyectos de hombres, nos llega uno ideado por una mujer. Hay un enorme interés en fomentar la presencia femenina, pero no hay manera.
O no queremos o no creemos”
Carina Szpilka, ex CEO de ING Direct
Carina está hoy volcada en la creación de un fondo de inversión para promover proyectos tecnológicos. Nada le gustaría más que detrás de muchos de ellos hubiera mujeres emprendedoras dispuestas a revolucionar un mundo tradicionalmente masculino. Pero no es así, como ella misma comenta.
Su experiencia sobre el terreno está corroborada por otros datos contundentes. La plataforma Startupxplor registra todas las start-ups que surgen en España: entre el 85% y el 90% están fundadas por hombres. Y la red Business Angels, del IESE Business School, presenta cada año unos cien proyectos a sus inversores y de ellos solo el 20% suele contar con mujeres en sus equipos fundadores.
En este caso, los españoles no somos una excepción. El Global Entrepreneurship Monitor, estudio de referencia internacional sobre emprendimiento, dibujó en 2012 un cuadro muy significativo sobre las emprendedoras: suelen crear empresas pequeñas, sobre todo en el sector servicios, con poca perspectiva de crecimiento e internacionalización. Y las pocas que lo hacen en el campo digital tienen más dificultades de financiación.
¿De verdad a estas alturas una mujer, solo por serlo, tiene más problemas para lograr el dinero? La Universidad de Stanford también se preguntó por qué ellas solo obtienen el 4,2% del capital riesgo que se reparte cada año, y su conclusión fue que en parte obedece a que necesitan una red de contactos más amplia que los hombres y que la falta de formación técnica les afecta más que a ellos.
Y aquí llegamos a uno de los meollos del asunto: la también escasa presencia femenina en las carreras técnicas. Que se suma al ya de por si menor «apetito» por este tipo de carreras en España en general. Vayamos de nuevo con datos oficiales. En el curso 2013-2014, las mujeres matriculadas en las universidades españolas fueron mayoría (54,3%), pero en las ingenierías y los estudios relacionados con las TIC el porcentaje se redujo al 26,1%.
De nuevo, es un fenómeno generalizado. Según la Comisión Europea, de cada mil europeas con título universitario, solo 29 lo tienen en una carrera técnica. Podríamos pensar que es una cuestión de gustos, pero no es tan simple. “Mi experiencia me dice que un factor es la falta de referentes. Si hay pocas y son invisibles, no hacen de locomotoras”. Lo dice Patricia Araque, fundadora de Ellas2, una plataforma que promueve el emprendimiento digital femenino. Hay otras iniciativas como la suya que persigue el mismo objetivo, como Girls in Tech y Tech & Ladies.
En efecto, ese puede ser un primer paso importante para cambiar esta tendencia de género, dar la visibilidad y la importancia que merecen mujeres como Pilar Manchón, fundadora de Indysis y hoy directiva de Intel; o Marta Esteve, creadora de Toprural, Rentalia y Soysuper; o Mar Alarcón, de SocialCar; o María Alegre, de Chartboox, o muchas de las que ya son un referente en Estados Unidos.
Silvia Leal, que también estaría entre ellas por ser una de las mayores expertas en innovación y tecnología de nuestro país, tiene su propia visión del problema: “La mayoría considera que estas carreras y, en general, dedicarse al mundo de la tecnología cuesta mucho trabajo y no se obtienen al final las recompensas justas. Además, a esto hay que sumar la imposibilidad de conciliar su vida personal con el mundo laboral. Más del 50% de las mujeres de entre 35 y 45 años deja de trabajar y no vuelve, según el informe Factor Atenea. Es inadmisible que haya incluso empresas como Yahoo, liderada por una mujer, que limite la conciliación”.
No hay duda de que el factor cultural influye y mucho, de tal manera que con frecuencia ellas mismas se ponen palos en las ruedas. Carina Szpilka lo explica tirando de ejemplos: “La presidenta de una empresa americana ofreció el mismo puesto de alto directivo a un hombre y a una mujer. Él pidió una mayor retribución y quiso saber más sobre la perspectiva profesional que se le abría. Ella respondió mostrándose muy agradecida, dudando de sus capacidades y prometiendo que haría todo lo posible por no defraudarles. Creemos poco en nosotras mismas y eso tiene que cambiar”.
Tiene que cambiar sin discusión, pero no parece fácil encontrar la fórmula.
Y tú ¿cuál crees que serían la soluciones?
Aunque cada vez conozco más empresarias mujeres, considero que la tasa sigue siendo muy baja. En mi LinkedIn demuestro que sí se puede ser una empresaria exitosa.
Soy una emprendedora y cada día me sorprendo de mis capacidades también me fascina la constante preparación cuando inicié mi emprendimiento tuve que enfrentarme a grandes prejuicios como que con una mujer no hago negocios entre otros comentarios discriminatorios a la mujer. Nunca me amilané al contrario lo asumía como retos para demostrar nuestra maravillosa inteligencia.. sin embargo aun no me siento reconocida por mi entorno todo el reconocimiento lo atribuyen a un hombre q está a mi lado.. pero no me preocupa yo sigo adelante se cuanto doy y lo q puedo dar.. cada día es un nuevo aprendizaje un nuevo reto una nueva oportunidad.. estoy maravillada de lo que hago y lo que puedo hacer