151021 Más estrategia

“La capacidad de adaptación a los cambios es más importante que las habilidades tecnológicas”. Perry Hewitt, jefe del Departamento Digital de la Universidad de Harvard.

La enésima implementación de un nuevo software en la compañía. Un par de meses seleccionando al proveedor adecuado, clarificando objetivos y expectativas. Todo ello para abordar un momento de cambio digital intenso, en el que nadie nos queremos quedar atrás. Y la gran esperanza depositada una vez más en el software.

Sin embargo, la categoría «transformación digital» lleva implícito un termino que desdeñamos con frecuencia preocupante: CAMBIO. Y hasta donde mi experiencia me dice, basada en los múltiples proyectos abordados hasta la fecha, el principal reto a la hora de abordar el proceso pasa por valorar adecuadamente cuanta resistencia al cambio nos encontraremos. Y cómo superarla.

Y ese análisis forma parte de una estrategia imprescindible previa a dar los pasos necesarios. Pero ¿qué preguntas y elementos de análisis deben componer la misma?

Para ilustrar este aspecto, el estudio The 2015 Digital Business Global Executive Study and Research Project, realizado por el MIT Sloan Management Review y la consultora Deloitte, me viene como anillo al dedo. A partir de una macroencuesta a más de 4.800 directivos, empleados y expertos en el mundo de los negocios de 129 países y 27 sectores económicos diferentes, el estudio arroja interesantes elementos de análisis, que merece la pena destacar:

1. Qué me piden y cómo organizarme para dárselo
El 80% de las empresas que han alcanzado ya la ‘madurez digital’ han comenzado siempre analizando primero cuál es la mejor forma de adaptarse a lo que demandan los nuevos mercados:

– ¿Qué procesos debo cambiar para ser más efectivo tanto en la manera de producir como en la forma de venderlo?
– ¿Cómo tengo que transformar mi organización para responder a esas necesidades?
– ¿Con qué recursos y herramientas debo contar para conseguirlo?

Estrategia. Esa es la clave. Trazar un plan claro y coherente que sirva de hoja de ruta hacia la digitalización, entendida ésta como una nueva cultura empresarial y un nuevo modelo de negocio que abarque al conjunto de la organización.

El 15% de los encuestados reconoce que sus empresas enfocaron mal la transformación y cometieron un error frecuente: centrarse en implementar soluciones tecnológicas para mejorar los resultados de determinados departamentos o procesos. Cambios puntuales que nos alejan de lo principal.

Las máquinas y el software no pueden ser la respuesta, son tan solo herramientas que sirven para desarrollar un plan de negocio con la información como primer objetivo.

La fuerza de las tecnologías digitales reside precisamente en aportar datos, generar análisis y llevar a cabo cambios productivos. No es el fin. Es el medio.

2. Una buena estrategia solo puede desarrollarla gente preparada y motivada
El 80% de los encuestados, de todas las edades, quieren trabajar en empresas que apuesten decididamente por la digitalización, crecer junto a líderes que conozcan cuál es el nuevo escenario y que sean capaces de buscar soluciones para los desafíos comerciales, sociales y tecnológicos del entorno.

El estudio del MIT Sloan muestra que todas las compañías que han avanzado en la transformación digital cuentan con esos líderes capaces de plantear estrategias globales, de identificar las necesidades de cambio y de proporcionar a los equipos de trabajo las habilidades precisas (incluidas las tecnológicas) para afrontar sus cometidos.

La cultura de empresa es una cascada que tiene su origen en el CEO y va permeando toda la organización. No es necesario ser un experto en social media y big data para comprender que ambos campos pueden resultar esenciales para el futuro de la compañía y hacerlo entender así a todos los departamentos y equipos de trabajo.

Un líder digital está hecho de visión, inspiración, compromiso y capacidad de motivación. Eso sirve de imán para el talento. Y sin talento no hay paraíso.

3. Asumir riesgos forma parte de la cultura digital
Phil Simon, autor de varios libros sobre el impacto de la digitalización en los negocios, habla de la necesidad de la audacia en las empresas: “Por cada Google, Amazon o Facebook que son capaces de asumir riesgos hay cientos de compañías que prefieren jugar sobre seguro. Hoy, el coste de la inacción excede casi siempre al de la acción”.

Volvamos a la macroencuesta: más de la mitad de los directivos y trabajadores de empresas digitalmente inmaduras consideran que sus organizaciones no tienen el valor de asumir riesgos, y lo ven como un defecto. El porcentaje se reduce al 36% en las compañías que ya están desarrollando una estrategia digital.

En resumidas cuentas, la anticipación, el ir un paso por delante de la competencia, debe estar en el ADN de la cultura digital. Y eso significa que los líderes de las organizaciones tienen que asumir el fracaso como un requisito previo para el éxito y promover la audacia entre los empleados: que aporten ideas, que tomen iniciativas, que arriesguen sin miedo a fallar porque el fallo está en la inacción.

Leído esto, ¿tu primer paso en la transformación digital de tu organización va a seguir siendo sólo apostar por la tecnología?

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