«Cuando era joven me sentía realmente abrumada cuando imaginaba terminar trabajando en una oficina, haciendo algo en lo que no creía.» Lana del Rey.
Si hay una forma de definir lo que sienten las personas con la máxima responsabilidad al frente de una empresa, aquellos que forman el consejo de administración, es la de sentirse literalmente desbordados por el tsunami digital. Tan anunciado hace tiempo, lo veíamos venir, pero no menos devastadores sus efectos en según que organizaciones.
La rápidos cambios que provoca la tecnología, sumados a los riesgos siempre presentes en cualquier sector y la llegada de nuevos competidores, hacen que muchos directores afirmen que su modelo de negocio se va a ver afectado por todo lo que está sucediendo en los próximos cinco años. Lo que en el mundo empresarial no es mucho margen.
En contraposición a todos estos datos nos encontramos en una encuesta realizada por la consultora McKinsey, hace apenas un par de años, que tan solo el 17% de los directivos afirmaron patrocinar iniciativas digitales. Estas iniciativas además se limitaban en muchos casos a contratar un director digital, que a su vez creaba un departamento digital. Algo así como una isla en medio de un océano.
También los consejos de administración se sienten abrumados ante tantos retos digitales: como mantenerse al día con el progreso de los nuevos competidores o con las experiencias digitales demandadas por su clientes, además de por el aumento de riesgos que podríamos calificar como no “tradicionales” ligados al avance tecnológico.
Con este panorama, todos entendemos que en los consejos de administración de las empresas debe aumentar el número de expertos digitales, que puedan aportar sus conocimientos y les ayuden a afrontar los retos. ¿Cómo hacerlo?
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1. Cerrar la brecha de conocimientos
Son pocos los consejos de administración que cuentan con la experiencia y los conocimientos necesarios para poder considerar asuntos tecnológicos cuando los tienen delante. No basta con tratar de contratar un director experto, porque realmente no hay tantos como empresas que los necesitan.
Todos los miembros del consejo de administración deberían intentar aglutinar conocimientos digitales, para tratar de cerrar la brecha tecnológica a la que se enfrentan. A nivel individual y grupal se deben aumentar los conocimientos tecnológicos con los que se cuentan para enfrentarse a la era digital.Un paso inevitable es implicar a los miembros de consejos de administración en procesos de formación. Sí, de formación: un itinerario formativo con foco en lo digital que deje fuera a las personas que más peso tienen a la hora de tomar decisiones, incluidas las que afectan a la mejora de la competitividad digital, es cuando menos una paradoja…
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2. El mundo digital puede llevar al fracaso a un negocio
Si no se cuenta con la suficiente preparación, las mínimas competencias digitales, operar en el mundo digital puede hacer más mal que bien a una empresa. De hecho en muchas ocasiones el fracaso estará garantizado.
La digitalización está cambiando los modelos de negocio y eliminado ciertos costes que permiten la llegada de nuevos competidores. Es imprescindible mantenerse a la altura de todos estos cambios, conocer como lo digital afecta a nuestro negocio, si buscamos mantener o ampliar nuestra ventaja.
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3. Participar activamente en la estrategia digital
El mundo digital se mueve a gran velocidad y es necesario ir al mismo ritmo. No sirve con reunirse un par de veces al año para estudiar la estrategia a seguir.
Las reuniones deben ser frecuentes y se debe probar la eficacia de los planes puestos en marcha. Para eso los datos y los indicadores definidos serán nuestra mejor arma.
Deben hacerse preguntas para saber qué mejoras son necesarias implantar. En los comités de dirección el diálogo debe ser constante.
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4. Incorporar talento tecnológico
Los consejos de administración deben tener claro que es necesario enriquecer la empresa con talento tecnológico. Un problema al que se enfrentan en ocasiones es que esos talentos digitales son personas bastante más jóvenes que los miembros del consejo. Tienen además una formación, una forma de trabajar y una actitud muy diferentes de lo que para ellos es normal. A veces es posible que ni cuenten con una gran experiencia laboral.
Pero a la hora de contratar un director digital hay que fijarse en lo que puede aportar a la empresa, más allá de consideraciones “clásicas”. Y no sólo que incorporar una persona que tenga talento, si no que también esté dispuesta a involucrase en la compañía.
Una vez que este director digital se incorpora a la compañía, es fundamental que todos los miembros del consejo de administración se impliquen a fondo para que el proyecto tenga éxito. Si no el director digital durará lo que un caramelo a la puerta de un colegio. La colaboración entre el director digital y el consejo de administración desde que asume el cargo es lo que marcará el éxito, o no, del nombramiento.
Es fácil entender que hoy en día todo el mundo busca tener al mejor CDO (Chief Digital Officer) que pueda asumir. Pero sin estas dos consideraciones extra, puede que su recorrido sea corto:
- Trabajar de pleno en la cultura de la compañía para que este nuevo cargo y el resto de la empresa se encuentren y sean capaces de trabajar juntos.
- Que todos los miembros del consejo sean capaces de incrementar sus conocimientos digitales. En un mundo que no conoce límites, hay que tratar de seguir el ritmo al que evoluciona todo lo que tiene que ver con la tecnología.
Sí, hoy más que nunca no es fácil ser miembro de un consejo de administración, si es que en algún momento lo fue.
Pero de lo que no cabe duda, es de que un consejo de administración sin competencias digitales estratégicas, será un como un capitán incapaz de manejar un sextante: no conseguirá que su tripulación realice con éxito la singladura.
Presa fácil para su competencia…